sábado, 2 de abril de 2011

Formalismo Moral en Kant

Kant distingue dos funciones en la razón: la razón pura o teórica que responde a la pregunta ¿cómo es posible conocer?; y la razón práctica que contesta a ¿cómo debemos actuar? Es decir, la razón pura se dedica a las cuestiones del conocimiento y la práctica a las cuestiones éticas.

Originalidad:

Si en el ámbito del conocimiento Kant fue innovador y supuso un vuelco de las concepciones de su época (Giro copernicano de Kant). En el ámbito de la ética (razón práctica) también aportará un planteamiento original y revolucionario respecto a las éticas de la tradición filosófica.

Características de las Éticas Materiales:

Kant propone una ética nueva, a la que llama ética formal, frente a todas las éticas que han existido hasta entonces a las que engloba bajo el nombre de éticas materiales. Kant señala en las éticas materiales dos aspectos que las definen: - Establecen un Bien Supremo que se convierte en criterio de conducta. La bondad o maldad de las acciones dependerá de ese Bien Supremo. Las acciones que nos acerquen al Bien Supremo serán calificadas como buenas y las que nos alejen serán malas. (Ejemplo: Dios en las morales Cristiana o Musulmana, el placer en el hedonismo, etc.) - Fijan preceptos materiales (tratan sobre asuntos concretos). Estas normas o preceptos están encaminados a lograr ese Bien Supremo. (Ejemplo: “No matarás” en la moral Cristiana, “bebe con moderación” en el epicureismo,etc.) En definitiva, Kant afirma que las éticas materiales son éticas con contenidos, es decir, nos dicen lo que hay que hacer en cada caso y establecen un Bien Supremo.

Crítica a las éticas materiales:

Kant considera que las éticas materiales no poseen las características necesarias para una ética válida universalmente. La crítica de Kant a las éticas materiales se centrará en los siguientes aspectos: 1. Son empíricas (a posteriori). Su contenido está extraído de la experiencia. (Ejemplo: ¿Por qué decidimos que el placer es bueno? Por experiencia. ¿Cómo sabemos que beber en exceso es malo? Porque lo hemos experimentado). Sin embargo, Kant sostiene que los juicios a posteriori son contingentes (pueden ser ciertos o no) y considera que las proposiciones éticas tienen que ser universales y necesarias, es decir, tienen que ser a priori. 2. Los preceptos de las éticas materiales son hipotéticos o condicionales. Es decir, los preceptos de estas éticas pueden transformarse siempre en una expresión condicional del tipo: Si… entonces…. (Ejemplo: “no bebas en exceso”= “Si no quieres tener resaca entonces no bebas en exceso”). No valen absolutamente sino que esconden, dentro de sí, una condición. Son medios para conseguir un fin. Kant critica esta característica porque concibe la ética como categórica, sus preceptos deben obligar necesaria y absolutamente, sin posibilidad de condiciones o excusas. 3. las éticas materiales son heterónomas. Los hombres reciben las normas de algo exterior a la propia razón. Una inclinación hacia algo exterior es lo que nos mueve a obrar. (Ejemplo: en el cristianismo es el deseo de imitar a Dios lo que nos mueve, para Platón la Idea de Bien, el placer para Epicuro, siempre algo exterior a nuestra razón). Kant quiere una ética racional, por tanto, una ética que se de el hombre a sí mismo desde su razón. Una ética autónoma. Ética Formal:

La ética de Kant pretende ser universal (válida para todos los hombres y épocas) y racional, por tanto: no puede ser a posteriori, sino a priori; no puede ser hipotética, sino categórica; no debe ser heterónoma sino autónoma. Una ética así debe ser Formal y no material. Lo que caracteriza a la ética formal es que es una ética sin contenido. No fija un Bien Supremo que deba ser perseguido, ni nos dice lo que debemos hacer en cada caso particular (no establece preceptos materiales). La ética formal no nos dice que cosas tenemos que hacer, sino como debemos actuar siempre, independientemente de la situación concreta. Nos da una única ley aplicable para todas las circunstancias.

Deber:

Un hombre actúa moralmente, dice Kant, cuando actúa por deber. Define el deber como la necesidad de una acción por respeto a la ley. Exclusivamente por respeto, no por otras causas: miedo, interés, etc… Con respecto a esta cuestión del deber, eje central de toda la ética kantiana, se detiene a considerar los tres tipos de acciones posibles relacionados con el deber. Las acciones contrarias al deber. Las acciones conforme al deber Las acciones por deber Respecto del primer tipo no cabe duda de su falta de moralidad. El problema está en distinguir las dos restantes. La única acción con valor moral es la realizada por deber. La acción conforme al deber no es moral. Son acciones distintas aunque el resultado de las dos sea el mismo: cumplir con la ley moral. Las acciones morales se reconocen no por el resultado de la acción, sino por el principio (motivo) que nos lleva a realizarlas. Sólo son acciones morales las que están motivadas por el puro respeto a la ley. Las acciones conforme al deber cumplen la ley pero su motivación no es el respeto sino otro: miedo, interés, etc… Ejemplo: Un tendero actúa contra el deber cuando pone a sus productos, a sabiendas, un precio excesivo. Actúa conforme al deber cuando establece un precio justo pero lo hace o bien por miedo a ser multado, o por el interés de no perder clientela. Actúa moralmente cuando pone el precio justo, exclusivamente, por el hecho de que es lo que dicta el deber. Imperativo Categórico:

La fórmula que expresa esta moral kantiana del deber es el denominado Imperativo Categórico. Dice así: “Obra sólo según una máxima (principio) tal que puedas querer, al mismo tiempo, que se torne ley universal”. Este imperativo vincula nuestras acciones particulares con las leyes universales. El imperativo viene a preguntarnos si podemos querer que los principios particulares, que nos mueven a actuar en cada caso, se conviertan en ley que regule la acción de todos los hombres. Si la respuesta es positiva es que esa acción es moral, si es negativa, es inmoral. (Ejemplo: yo deseo tener unas zapatillas de marca y como no puedo comprarlas las robo. Lo que el imperativo me preguntaría es si la máxima de mi voluntad, en este caso el hecho de tomar por la fuerza aquello que deseo, puedo querer que se convierta en ley universal, es decir, si puedo querer que tomar las cosas por la fuerza sea una norma que deba seguir todo el mundo. Si la respuesta es no sabré que es una acción inmoral.) Kant da otras dos formulaciones del imperativo categórico que son derivaciones del primero: “Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, en ley universal de la naturaleza”. “Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio”. Postulados de la Razón Práctica:

Por último, trataremos la cuestión de los Postulados de la Razón Práctica. Una vez formulada, Kant está en disposición de afirmar que de su ética formal se postulan tres conclusiones fundamentales para la comprensión del hombre. Un postulado es una conclusión que se deduce a partir de unos principios pero que no se puede demostrar en la experiencia. Las deducciones a las que llega Kant a partir de su ética son las que siguen: - La Libertad del hombre. La exigencia moral de actuar por deber supone la Libertad. Si estuviéramos determinados a actuar siempre de un modo no podríamos escoger como actuar. Las acciones por tanto no tendrían ningún valor moral. El valor moral, el mérito se lo da a una acción el escogerla entre otras posibles (elegir actuar por deber en vez de hacerlo contra o conforme al deber). Sin Libertad no existe la moral - La Inmortalidad del Alma: La razón práctica nos ordena aspirar a la virtud, nos exige conseguir que nuestra voluntad coincida con la ley moral. Es decir, que lo que queremos hacer coincida con lo que debemos hacer. Kant afirma que esta tarea es muy complicada y que es imposible realizarla en una existencia limitada, sólo es posible en un proceso infinito, exige una duración ilimitada del alma. - La Existencia de Dios: En el mundo encontramos disconformidad entre el ser y el deber ser. Nunca son las cosas como deben ser. Pero el objetivo final de la ética es conseguir esa identidad entre ser y deber ser. Kant piensa que esa identidad debe ser posible (sino la ética sería un engaño, por imposible) y debe darse en alguien. La entidad en la que se da la identidad entre ser y deber no puede ser otro más que Dios. Los conceptos de Dios y alma habían sido rechazados en la Crítica de la Razón Pura como imposibles para la ciencia, como inabarcables por el conocimiento ya que no son experimentables. Ahora, desde la Razón práctica, son recuperados.

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